Ante una sociedad voluptuosa en avaricia y donde los excesos de dinero de archi-millonarios y políticos o narcos ha llegado a un punto de locura, nos encontramos ante el personaje de El Guazón o The Joker, de la película del mismo nombre, como un ser restregado por instituciones
deshumanizadas y personas comunes y corrientes tan monstruosas como Lex Luthor, Duende Verde, Gatúbela o Venom.
Es así como el Joker, el antihéroe, el vituperado por causar desastres en Ciudad Gótica en otras emisiones de filmes, en esta ocasión toca nuestro corazón por ser víctima. No hay necesidad de
invitar a algún antihéroe a combatirlo, pues sus propios diablos interiores son suficientes.
Acostumbrados a las historias donde el protagonista sea ético o villano, es metrosexual con bastante músculo, «carita», y con una sonrisa encantadora; nos topamos con un personaje (actuado
por Joaquin Phoenix) que se encuentra «en los huesos», con una sonrisa que va de lo tierno a lo enfermo; eso si, corre como olímpico y tiene el don de ser simpático con los niños. Tiene, no una,
sino varias máscaras: de payaso, standupero, hijo abnegado, empleado y hasta de vengador de la sociedad.
Quizá se quede uno esperando al Capitán América o a Batman, pues si hay un villano/antihéroe
tiene que haber un héroe, su antagonista, que sea el salvador de Cd. Gótica,¿no?
Pero esta sátira nos empuja a vernos en un espejo, para una introspección, cuestionamiento de nuestra época, donde quien observe mejor el espejo pensará: «Regresemos al desarrollo de nuestras cualidades como humanos.» Porque si no es ahora,¿cuándo?
Película:The Joker, Director y guionista Todd Philips.
Leonor Rodriguez Hickie