Pasar el domingo o sábado fuera de nuestro entorno diario, es suficiente excusa para que improvisadamente te subas a un camión o te vayas en tu auto a Tepotzotlán. La carretera a Querétaro se toma pasando Satélite y las Arboledas. En aproximadamente media hora verás el letrero que apunta hacia Tepotzotlán.
Dirígete hacia el centro, encontrarás muchos estacionamientos para dejar tu auto. Todos están a un “salto de rana” para llegar al Museo Nacional del Virreinato (MNV) y admirar la fachada del Templo de San Francisco Javier –una iglesia barroca católica cuya construcción inició en 1670 gracias a un donativo de la familia Medina Picazo, –una opulenta familia de criollos
descendientes del doctor Pedro López, médico de Hernán Cortés. El templo es una belleza, razón por la cual es considerado Patrimonio de la Humanidad.
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De ahí hay que pasar al MNV donde a grandes y chicos les impresionarán las pinturas, pasillos majestuosos y laberínticos, objetos, muebles y esculturas realizados con diferentes materiales y técnicas, así como guardianes con armadura y espadas que sorprenderán a los niños.
Saliendo se encuentra una librería donde adquirir libros interesantes como el del Topilizcuintli con dibujos del gran pintor Francisco Toledo. Saliendo del área del Museo, encontrarás variados restaurantes para comer tanto comida nacional como internacional. También hay puestos con elotes, esquites, dulces y artesanías. No puedes olvidar pasar por una nieve o helado y seguir caminando tranquilamente descansando del mundanal ruido de la gran metrópoli hasta que decidas regresar.
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