El amor y el sexo en la era digital

(en la era plástica y de cristal)

     Vivimos en una época donde el avance tecnológico va tan deprisa que influye en nuestro día a día sin lograr siquiera percatarnos de ello. Es tanta la información que manejamos diariamente que no somos capaces de darnos un momento y analizarqué es lo que está pasando en nuestras vidas.

Esto influye directamente en nuestra manera de pensar y en nuestra toma de decisiones. Vivimos en la época de cristal donde todo es frágil y desechable.

Poca cultura, nula introspección, horas laborales extenuantes, muchas horas invertidas en trayectos casa-trabajo-gym, consumismo extremista (para saciar el vacío), hobbies inexistentes, percepción errónea de lo que es la verdadera riqueza, comparativas diarias en redes sociales donde todos parecen tener la vida perfecta o muchos likes y esto por mencionar algunas de las causas de estrés, ansiedad, envidia, depresión y enojo.

Sin embargo, siempre existirá dentro de nosotros la búsqueda de la compañía, o de una pareja y la necesidad sexual.

Todos estos elementos del ser humano han sido analizados y es así como nacen  Tinder y Bumble; aplicaciones que funcionan con base a algoritmos que almacenan información sobre nosotros (Big Data) desde nuestros perfiles de Facebook (amigos, lugares que has visitado, gustos y obvio tu físico). No entraré en tecnicismos pero a grandes rasgos estas aplicaciones saben más sobre ti que tú. Entre estas dos aplicaciones existen pequeñas grandes diferencias: en Tinder, por citar un ejemplo, basado en cómo es tu físico serán las propuestas de personas con las que existirá una mayor probabilidad de que hagas un match. En pocas palabras, si somos promedio las opciones que visualizaremos serán las del sexo que busques a un nivel promedio también.

 Bumble, canaliza esto de diferente manera;  primeramente maneja perfiles de profesionistas y de gente con educación superior y con un nivel de atracción mayor mostrándote personas que sean igual o de un nivel de atracción superior al tuyo.

 Ahora ya que “entramos en materia”, es momento de generar una discusión en este gran diagnóstico que quiero compartir con ustedes.

Comenzaré con las diferencias del por qué los hombres usan estas aplicaciones y el por qué las usan las mujeres. Las razones en la mayoría de los casos marcan una gran pauta para mi diagnóstico.

Los hombres utilizan estas aplicaciones mayormente en búsqueda de encuentros sexuales casuales, mientras que las mujeres utilizan estas aplicaciones mayormente para elevar su autoestima. 

Se tenía que decir y se dijo.

Las situaciones en que se utiliza más Tinder y Bumble son después de un rompimiento amoroso, o por situaciones como la soledad, por la costumbre de llevar una doble vida amorosa o simplemente para  ampliar el círculo social; puede ser hasta para lograr un incremento de followers en Instagram o por tener quien te invite a cenar y al cine gratis -esta última razón es más vista en el caso de las mujeres–, que por la costumbre o tradición antigua de no ser económicamente independientes, buscan quién las invite a comer pagándoles todo, en vez de una costumbre más moderna de “pagar a la americana” mitad y mitad de la cuenta. Pero no dejemos a un lado la razón que pudiera ser la principal: la búsqueda del amor y mi favorita: el cumplimiento de una fantasía.

Las experiencias que se viven entre Tinder y Bumble proyectan los siguientes escenarios,

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Tinder:

Arrastras a la derecha la imagen de la persona, si te gusta y a la izquierda si no te gusta. Si ambos se llegan a gustar se logra el famoso Match; donde en el caso de Tinder el hombre tiende a dar el primer paso y genera una conversación.

Cabe decir que en el caso de los hombres se sufre de miles de chats sin contestación, y por el lado de las mujeres miles de chats con textos vulgares y molestos.

Bumble:

El juego es similar; deslizas la imagen a la derecha si te gusta, deslizas a la izquierda si no te gusta; si ambos se gustan se logró el Match. La diferencia aquí, radica en que la mujer tendrá que dar el primer paso y generar una conversación; incluso Bumble las apoya con frases pre-creadas para no sufrir o molestarse abriendo una conversación con el típico: “Hola como estás?”

Este cambio más práctico se debe a los resultados de la experiencia de usuario, sin embargo, en ambas aplicaciones tiende a suceder exactamente lo mismo.

Tanto en una como en la otra serás juzgado principalmente por la apariencia física. Actualmente se vive la gran lucha entre el amor duradero basado en un conocimiento de la pareja versus el sexo por el sexo. A pesar de esto se han logrado bellas experiencias y las posibilidades de ampliar nuestros círculos sociales y/o encontrar el amor.

Me he dado cuenta de muchas personas que se sienten avergonzadas por utilizar este tipo de aplicaciones. ¿Tú por qué crees que sea? ¿Ustedes le cuentan al mundo cómo se conocieron? ¿Cuántas parejas conoces que se conocieron en Tinder o en

Bumble?

Existen muy bellas historias de amor y de amistad gracias a estas aplicaciones al igual que malas experiencias y tenemos que aceptar que la mayoría de los ligues de nuestra era son y serán por el móvil, ya sea con Tinder, Bumble, Facebook o Instagram.

¿Tú aún confías y/o quieres nuevamente el encuentro casual, oportuno e imprevisto?

¿Es posible el encuentro casual que lleve a una relación?

Espero sus comentarios y que me platiquen sus vivencias.

Solo les pido de favor que se parezcan tantito a la foto de su perfil jaja.

En el próximo número estaré compartiendo vivencias que me hayan compartido ustedes, mis amados lectores, y hablaré un poco sobre el ego en las redes sociales.

¡Nos vemos en Diciembre!

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Prost!

Categorías: Noviembre 19 y Tema Principal.